Cuando se lanza la idea de una actuación legal con carácter retroactivo hay que estar atentos como ciudadanos. De una u otra manera la acción real implica o que alguien se cree el adalid del Leviathan o que nos están intentando hacer un juego de trileros con una, eso si, excelente base legal.
Es un engaño excelente porque incluso en la victoria sabemos, con pensarlo un poco, que hemos perdido.

La mentira es una parte esencial, el movimiento rápido y alevoso un paso necesario, que parezca que no está pensado si se llega a dar un paso atrás es la mejor estrategia para que nadie se fije en que hay otros pasos hacia delante que si que se han dado. El único punto débil radica en la base de «la banca siempre gana», ya que estando atentos sabemos perfectamente con quién no merece la pena jugar; si no estamos atentos hay que ser conscientes que vamos a jugar mismo si no queremos. Con estos trileros con base legal la apuesta siempre es alta, siempre hay demasiado en juego.
El Ejecutivo de Rajoy se divide en dos tipos de Ministros: aquellos que se dedican a hacer política (con las que podemos estar de acuerdo o no) y Ministros que se dedican a intentar jugar con nosotros sin decirnos a las claras cuáles son las políticas que quieren aplicar. Rajoy parece sentirse más cómodo con estos últimos por alguna razón que le deja a la misma altura de éstos o por debajo.
De entre todos ellos, Gallardón, Mato y Wert, son los mejores «jugadores» y lo son porque parecen carecer o de escrúpulos o de afinidad con la población a la que afectan sus medidas. Hay quién puede pensar que son un perfecto ejemplo de maquiavelismo dado que «el fin justifica los medios» para ellos, pero no, si se lee bien a Maquiavelo éste hace un tratado para el buen Gobierno del Princeps, manteniendo el respeto tanto como la admiración de su pueblo. Gallardón, Mato y Wert, no optan al buen Gobierno si no a mantenerse en el poder mismo a través del engaño aunquei este engaño roce o se bañe en la obviedad y ésto, también lo decía Maquiavelo, siempre acaba causando incendios sociales que o han de intentar reprimirse a través de la fuerzas de seguridad del Estado o derivan en regímenes comandados por el miedo o conllevan la necesidad de una indispensable Revolución.
El último e indignante ejemplo es el del Ministro Wert y los becados ERASMUS.
Sin previo aviso, enterándonos gracias al paso necesario de la publicación de este tipo de medidas en el B.O.E. (gracias a esa minoría que lo lee), el peor Ministro de Educación y Cultura del que tengo constancia, había decidido restringir la beca a un grupo muy reducido de los becados ERASMUS a mitad de curso, esto es, alrededor de 30.000 estudiantes que ya están estudiando en el extranjero gracias a esta beca, contando para ello con cada céntimo de Euro, no cobrarían la beca que habían obtenido, dejarían de hacerlo con carácter inmediato.
La reacción de los ERASMUS, mostrando una capacidad de organización efectiva que ya la quisieran muchos de los grupos de asesores con los que cuentan los citados Ministros, fue inmediata. El apoyo en redes sociales a la campaña lanzada, masivo. La presión y unanimidad social contra este abusivo «recorte» de derechos no pretendía jugar con este trilero, no iba a dar ni un sólo paso atrás.
Unas horas más tarde Wert recula, la decisión ministerial se anula, Rajoy anuncia que «vamos a hacer lo mismo que el año pasado» con las becas ERASMUS, la Ciudadanía aplaude la valía de sus acciones y entre todos anunciamos una victoria que, en realidad, no lo es.
Hemos jugado y ha ganado el trilero, ha ganado otra vez,
No soy derrotista, intento poner el foco sobre la otra declaración del Ministro, la implícita.

Hemos leído que «Wert rectifica sobre la beca ERASMUS tras reunirse con la cúpula del PP (Rajoy, Montoro y Santamaría)», lo que viene a decir que Wert es «el malo», rol que tiene muy asumido dentro del Ejecutivo, y que el PP no tiene nada que ver en sus igualmente «malas» decisiones, implícitamente esto nos da la idea de que si no fuera por la empatía con los ERASMUS de la cúpula del PP,, éstos se habrían quedado sin beca.
Wert pidió «sacrificio» a los ERASMUS «para ayudar a los más necesitados» mientras les robaba un dinero que ya hacía meses que se habían ganado, reforzando la idea de ser «el malo» y la de «caridad», otro concepto que el Gobierno se esfuerza en poner de moda. Hoy Wert resalta que la «iniciativa» de la marcha atrás es exclusiva de su Ministerio, ¿qué nos dice implícitamente?, que tiene poder y que lo aplica con condescendencia.
Muchos dirigentes del PP habían pedido la rectificación de la medida reflejando una clara oposición, ese no es un juego de trileros, es real, la responsabilidad es del Gobierno por encima de los individuos que conforman el partido en el que se apoya. Hay buenos y malos políticos en cada movimiento (no sólo partidos) político. Esto no indica que ellos no sean parte del juego, indica que son fichas necesarias, justo como el resto de nosotros. González Pons tuiteaba en este sentido: «30 años de militante y no poder explicar a mi hijo lo que hace mi partido». De su complicidad con el resultado o la falta de ella depende la estabilidad del tablero. Yo no les pediría responsabilidad, iría más allá, les pido coraje.
Ahora bien, el truco final oscila sobre dos solas palabras: «éste año». Ya que lo que ha dicho Wert es que «éste año no se aplicará la medida», lo que significa, de nuevo implícitamente, que si que se aplicará para el próximo y sucesivos años. Ese es el triunfo del trilero, nadie protesta por la aplicación de una medida que será igual de injusta de modo global el año que viene tanto como éste porque en nuestra victoria hemos omitido esas dos primeras palabras, quedándonos con que «no se aplicará la medida». Craso error.
Quedándonos con lo positivo, el desgaste de un Wert demonizado por todos los actores que componen el Estado y cada vez más distanciado del partido con el que gobierna pero en el que no milita, indica que no va a ser «eterno». Por otro lado, la Comisión Europea
ha cuestionado de raíz la decisión del Ejecutivo español por dañar «las expectativas legítimas de los estudiantes», y esto es una gran noticia ya que hemos visto cómo la Comisión Europea también sabe ponerse del lado de la Ciudadanía de uno de sus estados miembros de manera inmediata, sin equilibrismo político, ejerciendo presión junto a sus ciudadanos y ciudadanas, una presión que tanto hemos echado últimamente en falta. Más acciones así harían que muchos volvieran a creer en Europa; muchos de lo cuáles empezamos a entender nuestra ciudadanía europea gracias a la Beca ERASMUS.
Atento al juego, procura no jugar, cuando celebres las victorias vigila bien que en realidad hayas ganado.
o como el resto.
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